Episode 456: Escuela Sabática - Lectura 22 de Diciembre de 2024
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LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2024
Narrado por: Gustavo Pérez
Desde: Málaga, España
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
DOMINGO 22 DE DICIEMBRE
ENCUENTRO EN GALILEA
Lee Juan 21:1 al 19. ¿Qué verdades cruciales se revelan aquí, especialmente acerca de la gracia de Dios y la humildad humana?
Juan 20 termina con el propósito del libro. Sería, pues, el lugar lógico para concluir, pero hay un capítulo más. El capítulo 21 comienza con el regreso de algunos de los discípulos a Galilea y con la sugerencia de Pedro de pasar una noche en el lago. Parece que han vuelto los viejos tiempos, y los discípulos retoman su antiguo oficio, la pesca. Pero esa noche no pescan nada.
Por la mañana, un misterioso desconocido les dice desde la orilla que echen la red a la derecha de la barca. Entonces pescan tantos peces que no pueden recoger la red. Aquello fue un eco del comienzo de su ministerio con Jesús (ver Luc. 5:1-11). Juan reconoce inmediatamente a Jesús y se lo dice a Pedro, quien enseguida salta al agua y nada hasta la orilla.
Jesús hace tres preguntas a Pedro, todas relacionadas con el amor a su Maestro. Antes de la crucifixión, Pedro insistió en que daría su vida por Jesús (Juan 13:37). Entonces, Jesús predijo su triple negación (Juan 13:38). En este encuentro en Galilea, Pedro no se pone a sí mismo como punto de referencia, sino a Jesús: “Señor, tú sabes todas las cosas. Tú sabes que te quiero” (Juan 21:17).
Algunos observan que Jesús utiliza el verbo agapaō, que significa amar, al interrogar a Pedro (excepto la última vez), y que Pedro siempre responde con fileō, que significa amar, pero solo como amigo. Ven implícito en este juego de palabras que Pedro no ha alcanzado el tipo superior de amor.
En realidad, la respuesta de Pedro se centra en la humildad. Con el fracaso de Pedro siempre ante él, es más probable que utilice humildemente un “término inferior”, sin atreverse a reclamar demasiado para sí. Y es esta humildad la que Jesús reconoce, y la que resulta crucial para restaurar a Pedro en el ministerio. Sin duda, la humildad es una de las mejores cualidades para el ministerio, porque hace que el centro de atención sea Jesucristo, no uno mismo.
La restauración de Pedro y su papel como líder de la iglesia primitiva es una de las pruebas más contundentes de que Jesús resucitó. Sería difícil explicar la prominencia de Pedro si Jesús no lo hubiera restaurado al ministerio en presencia de los otros discípulos.
¿Por qué es tan importante la humildad para conocer al Señor? A la luz de la Cruz, ¿de qué podemos sentirnos orgullosos?
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